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“Un mismo Espíritu, una misma amistad”: El 23º Encuentro del Grupo Asia-Pacífico del MCC en Manila

Del 10 al 14 de noviembre de 2025, el Caleruega Retreat Center en Nasugbu, Batangas (Filipinas), ha acogido con alegría y esperanza el 23º Encuentro del Grupo Asia-Pacífico (APG) del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Cursillistas de diversos países compartieron experiencias, fortalecieron la comunión y renovaron su compromiso con la evangelización.

Este Encuentro llega en un momento crucial para la Iglesia en Asia-Pacífico, donde el laicado crece en protagonismo y responsabilidad pastoral, enfrentando contextos de pluralidad cultural, desafíos sociales y la necesidad de una evangelización cercana, auténtica y transformadora. En muchas comunidades, los cursillistas son hoy agentes activos de renovación cristiana, llevando la fe a entornos donde la Iglesia necesita presencia laical comprometida y testimonio vivo.

El Encuentro fue mucho más que un encuentro internacional: ha sido un espacio donde se celebró la amistad y el Espíritu que nos une, recordando que la misión del MCC trasciende fronteras y culturas. Como señaló D. José Ángel Saiz, asesor espiritual de la OMCC:

El Movimiento de Cursillos es un instrumento válido y vigente para la renovación cristiana, porque permite a cada persona encontrarse consigo misma, con Cristo y con los demás, experimentando el amor incondicional de Dios y compartiéndolo”.

Los ponentes enfatizaron que el MCC no es solo un evento de fin de semana, sino un proceso integral de evangelización. El método de Precursillo, Cursillo y Postcursillo permite un triple encuentro: con Cristo, con uno mismo y con los demás, garantizando que la vivencia cristiana se mantenga y se propague en los ambientes. D. José Ángel subrayó que este camino:

No se limita a la formación de jóvenes o laicos, sino que transforma las realidades en las que vivimos, promoviendo núcleos cristianos que fermenten sus ambientes con la Buena Nueva del Evangelio”.

Por su parte, Álvaro presentó la sinodalidad como clave para la misión del MCC, una invitación a caminar juntos, valorar la diversidad y vivir la corresponsabilidad.

La sinodalidad significa caminar en unidad dentro de la diversidad, integrando las diferencias, aceptando los conflictos y confiando en el Espíritu para avanzar en comunión y misión”.

Durante el Encuentro, los cursillistas experimentaron cómo esta visión fortalece la eclesialidad del Movimiento, permitiendo que cada miembro aporte desde su identidad al bien común. Se resaltó la dimensión comunitaria y relacional de la evangelización: la sinodalidad no es un mero concepto organizativo, sino un estilo de vida que hace visible la Iglesia como Pueblo de Dios en acción, donde cada persona aporta y se deja transformar.

Entre momentos de oración, formación y convivencia, se destacó la importancia de las Reuniones de Grupo y las Ultreyas. Estas instancias no solo fortalecen la fe, sino que son espacios donde se cultiva la amistad, el acompañamiento y la evangelización continua. Como recordó D. José Ángel:

Hacer amigos para hacerlos amigos de Cristo es la esencia de nuestra misión; la amistad es el canal para el testimonio y para la transformación de los entornos”.

El Encuentro también permitió reflexionar sobre el proceso misionero del MCC, resaltando que la acción evangelizadora no es improvisación, sino un método vivo: desde la selección y preparación en el Precursillo, pasando por el encuentro intenso de los Tres Días, hasta la perseverancia y fermentación del Postcursillo. Álvaro insistió en que:

El MCC existe para los demás, no para sí mismo; caminar juntos es la condición para que nuestro carisma dé fruto y llegue a todos los rincones”.

Se profundizó además en cómo la sinodalidad aplicada al MCC implica corresponsabilidad, humildad y discernimiento, conectando con los principios que promovió el Papa Francisco: unidad por encima del conflicto, tiempo sobre espacio, y el todo por encima de las partes. Este enfoque refuerza la misión del laicado y su inserción activa en la pastoral diocesana, integrando la acción del MCC con la vida de la Iglesia local y universal.

Al cierre, los cursillistas reafirmaron su compromiso de llevar la luz de Cristo a sus comunidades, aplicando amistad, testimonio y oración como ejes de la evangelización. El 23º Encuentro del Grupo Asia-Pacífico recordó que la fuerza del MCC radica en el Espíritu y la amistad, en la comunión y la colaboración, y en la convicción de que juntos podemos hacer fructificar nuestro carisma. Como dice Álvaro:

La sinodalidad nos invita a superar el individualismo y el formalismo, a abrirnos al otro y a servir con humildad y esperanza”.

¡Ultreya, Asia-Pacífico! Porque donde hay amistad, fe y Espíritu, el Evangelio sigue caminando y transformando vidas.

Documentos:

LA VALIDEZ DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS PARA LA RENOVACIÓN CRISTIANA Y LA EVANGELIZACIÓN

Sinodalidad en el MCC

Manifiesto y commpromisos del 23 Encuentro del APG

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