Historia del Estatuto del OMCC

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ESTATUTO DEL OMCC

TRAYECTORIA, APROBACIÓN, EVOLUCIÓN

Los laicos están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos. 

(Lumen Gentium 33)

La creación del OMCC y la redacción de su Reglamento Interno

“Para hacer presente y operante la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos”, como les pide el Concilio Vaticano II, los laicos necesitan descubrir su vocación y ejercerla adecuadamente. Los movimientos eclesiales a los que se integran deben ser las instancias donde puedan formarse y lanzarse a la tarea de construir el Reino de acuerdo a su función en la misión común de la Iglesia.Nacido con la finalidad de evangelizar en respuesta a su carisma y de acuerdo a su método propio, el Movimiento de Cursillos se organizó, primeramente, en sus dos estructuras básicas –Secretariado Diocesano y Escuela de Dirigentes– y luego sintió la necesidad de ocuparse de la unidad de criterios que debería seguir para desarrollarse adecuadamente en cada país y en cada cultura. Eso llevó a la creación de los Secretariados Nacionales.

En la década de los años 60, se empezará a considerar la necesidad de coordinar los distintos Secretariados Nacionales. Por este motivo se fueron celebrando en distintos lugares, reuniones y encuentros internacionales de diversa naturaleza y de estos encuentros comenzaron a surgir los Grupos Internacionales del MCC (cfr. IFMCC 3, n° 24). Surgirían así el Grupo Latinoamericano (GLCC), el Grupo Europeo (GECC) y el Grupo de Habla Inglesa (GHI) – que años más tarde se dividirá para conformar el Grupo de Asia Pacífico (GAP) y el Grupo de Norteamérica y Caribe (GNAC).

Luego de tres Encuentros Mundiales y de dos Ultreyas Mundiales, los Grupos Internacionales existentes en ese momento se reunirían entre el 23 y el 27 de junio de 1980, en el V Encuentro Interamericano, en Santo Domingo, República Dominicana, y acordarían la creación de un ORGANISMO MUNDIAL DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD – OMCC, como “una organización de servicio, comunicación e información”, estableciéndose que la sede del OMCC se iría rotando, cambiando de Grupo Internacional y de país, cada dos años. Años más tarde, en la reunión celebrada por el OMCC en Caracas, Venezuela, del 11 al 13 de agosto de 1986, se acuerda aumentar el período de la Sede del OMCC de dos a cuatro años.

La resolución número 6 de dicho Encuentro recoge esta importante decisión: “El V Encuentro ratificó por unanimidad el acuerdo realizado entre los representantes del Grupo Europeo de Trabajo (Monseñor José Capmany y Miguel Costales), el representante del Grupo de Habla Inglesa (Gerald Hughes) y el Director de la Oficina Latinoamericana (Andrés Dauhajre), mediante el cual definitivamente se constituye y se inicia un ORGANISMO MUNDIAL DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD (OMCC), el cual será un organismo de servicio, comunicación e información, sin pretensiones de dirección, orientación, autoridad o control.”

En el marco del IV Encuentro Mundial del MCC, en Caracas, Venezuela, en 1988, fue aprobado el Reglamento Interno del OMCC –vigente hasta nuestros días– que sirvió de base al largo proceso que culminaría con el Reconocimiento Canónico del MCC.

El Reglamento Interno tiene 13 capítulos y cubre prácticamente todo lo que debe ser y hacer el OMCC para servir al MCC a nivel mundial. El Reglamento Interno describe la naturaleza y la finalidad del OMCC, su composición, sus objetivos, su servicio, su sede, su Comité Ejecutivo, sus reuniones, su responsabilidad relativa a los Encuentros Mundiales, las publicaciones oficiales y sus traducciones, su carácter de representación del MCC y la financiación de sus actividades.

Si bien el Reglamento Interno servía como el conjunto de criterios por medio de los cuales el OMCC ayudaría al MCC en todo el mundo a desarrollar su finalidad última en unión y armonía con la Iglesia, el hecho mismo de pertenecer a la Iglesia reclamaba un reconocimiento oficial por parte de la Santa Sede. Este reclamo se hacía notar tanto por parte de dirigentes del MCC como por parte de la propia Iglesia, ya que la búsqueda de ese reconocimiento es, generalmente, el primer paso que da una “asociación de laicos” (así llama la Iglesia a todos los grupos, movimientos y agrupaciones), y el MCC no solo tenía “carta de ciudadanía” como hubiera dicho Pablo VI, sino que ya tenía “edad” suficiente para buscarlo.

Para conseguir todo esto son de grandísimo valor y dignos de especial atención los laicos, es decir, los fieles cristianos que, incorporados a Cristo  por el bautismo, viven en medio del mundo. Es muy propio de ellos, imbuidos del Espíritu Santo, el convertirse en constante fermento para animar y ordenar los asuntos temporales según el Evangelio de Cristo.

(Ad Gentes, 15)

La iniciativa de buscar la aprobación oficial de la Santa Sede*


*El contenido de este capítulo es un resumen del texto incluido en la carpeta entregada a los participantes de la ceremonia de Promulgación del Reconocimiento Canónico (Pontificio Consejo para los Laicos, Roma, 11.06.2004).


Alemania asumió como sede del OMCC el 30 de mayo de 1998, en Roma, durante el I Congreso Mundial de Movimientos Eclesiales del Vaticano. Desde entonces el asunto del reconocimiento canónico surgió innumerables veces por parte del Movimiento y por parte del Consejo Pontificio para los Laicos (CPL). En una reunión del GET (Grupo Europeo de Trabajo), en Viena, dos sacerdotes de ex países comunistas

(Rumania y Croacia) dijeron: “cuando hablamos con la jerarquía diocesana o parroquial, nos preguntan sobre si Cursillos tiene el reconocimiento canónico…”

Una carta enviada por el CE-OMCC al Cardenal Stafford pidiendo su ayuda para esclarecer la situación del MCC en relación al CPL mereció una respuesta inmediata, señalando que él estaría muy feliz de ayudarnos de cualquier forma posible y enviaría una carta de incentivo a la reunión del OMCC que se realizaría en Tampa, Florida, en 1998. En dicha reunión el asunto fue tratado y discutido apasionadamente. Se tomó la decisión de no pedir el reconocimiento del Movimiento de Cursillos como tal, pero sí del OMCC como organismo que asume responsabilidades por el Movimiento de Cursillos a nivel mundial.

El Cardenal Stafford fue invitado a presidir la Sagrada Eucaristía durante un encuentro con el equipo del GET, en Roma, en 3 de diciembre de 1999. En esa oportunidad el Cardenal pidió que activáramos el reconocimiento canónico, ya que, teniendo el reconocimiento pastoral por parte de Papas ya fallecidos, de muchos obispos alrededor del mundo, sería deseable que también este organismo oficial lo tuviera por parte de la Jerarquía en Roma. También mencionó que el MCC era el único, entre los movimientos, que no había solicitado ese reconocimiento, y que el Papa tenía una actitud muy favorable hacia los movimientos de Iglesia.

El Reglamento Interno aprobado en el IV Encuentro Mundial, en Caracas, en 1988, fue entregado al Prof. Guzmán Carriquiry, subsecretario del CPL, quien estuvo de acuerdo en que el reglamento podría ser una buena base para los Estatutos, pero que era necesario redactarlo en la forma canónica apropiada.

A propósito, en marzo del 2000, la presidenta del CE-OMCC, Sra. Frances Ruppert, recibió una carta de Eduardo Bonnín en la que él decía: “Tuve conocimiento de la reunión que usted tuvo con el Prof. Carriquiry sobre la posibilidad de que los Cursillos estuvieran debidamente afiliados al Consejo para los Laicos, lo que me ha parecido muy interesante. Yo siempre fui de opinión de que esto podría ser beneficioso. Realmente el fallecido Cardenal Pironio, algunos años atrás, se refirió a esa posibilidad como altamente aconsejable. Pienso honestamente que esto no afecta en lo más mínimo la fidelidad del carisma fundacional, ni dificulta el método o nuestra libertad”.

Se convocó una reunión del OMCC para el 28 de julio de 2000, en Roma, coincidiendo con la Tercera Ultreya Mundial. En esta reunión, la cuestión del reconocimiento canónico fue el tema principal. Se produjo una discusión muy animada y los Presidentes de los cuatro Grupos Internacionales votaron para que se comenzara el proceso de preparar los Estatutos.

Se decidió también aprovechar la oportunidad para tener otra reunión con el Prof. Guzmán Carriquiry en la que estuvo presente también Mario González, de Venezuela, además de él P. Martín Bialas y Frances Ruppert.

Se comenzó a preparar los Estatutos, consultando dos abogados canonistas: el Prof. Gianfranco Ghirlanda SJ, Rector de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Gregoriana de Roma y el Rev. Dr. Joseph Ammer de Regensburg, Alemania, que trabajó varios años como canonista en la curia en Roma.

El Prof. Ghirlanda realizó varios cambios y correcciones canónicas que no se desviaron del Reglamento Interno. Esos cambios fueron discutidos en las reuniones del OMCC y votados. Después de una segunda revisión por el Prof. Ghirlanda, se envió a los Grupos Internacionales, en febrero de 2001, un esbozo pidiendo sus comentarios.

Excepto por pequeños cambios propuestos por los Grupos, los cuales fueron considerados, hubo consenso acerca de la redacción presentada. Es de notarse, entretanto, que hubo desde el comienzo mucha preocupación de parte de los EUA, en las personas del Coordinador de Habla Inglesa y del Presidente del Secretariado Nacional. Ambos parecían temer una interferencia de los obispos diocesanos en el MCC como un todo. Por eso se adaptaron varios puntos para satisfacer tales recelos, dándose más peso a los Secretariados Nacionales (párrafo 6 del Preámbulo).

La redacción resultante fue presentada en la Reunión del OMCC, del 18 al 21 de octubre del 2001, en Berlín. Las modificaciones propuestas fueron incluidas en el documento y el texto revisado fue enviado a los cuatro Grupos Internacionales y al nuevo CE-OMCC (Brasil).

En marzo de 2002, se envió al Consejo Pontificio para los Laicos, una versión en italiano del Estatuto, pidiendo el reconocimiento canónico, y posteriormente, en febrero de 2003, a través de una carta de Mons. Stanislaw Rylko, Secretario del CPL, fueron solicitadas modificaciones adicionales al Estatuto.

Después de la revisión del Estatuto tomando como base el trabajo del CPL, por el P. Martin Bialas, Frances Ruppert y P. José Beraldo, se pidió una audiencia al CPL. El 30 de abril el equipo brasileño del CE- OMCC, miembros de Grupos Internacionales, el P. Martín Bialas y Frances Ruppert tuvieron un encuentro con el CPL y presentaron el documento revisado.

En la Iglesia hay variedad de ministerios, pero unidad de misión. A los Apóstoles y a sus sucesores les confirió Cristo el encargo de enseñar, de santificar y de regir en su mismo nombre y autoridad. Mas también los laicos hechos partícipes del ministerio sacerdotal, profético y real de Cristo, cumplen su cometido en la misión de todo el pueblo de Dios en la Iglesia y en el mundo.

(Apostolicam Actuositatem, 2)

El Reconocimiento Canónico y la aprobación del Estatuto: un largo camino*


*El contenido de este capítulo es un resumen del texto incluido en la carpeta entregada a los participantes de la ceremonia de Promulgación del Reconocimiento Canónico (Pontificio Consejo para los Laicos, Roma, 11.06.2004).


Los integrantes del CE-OMCC de Brasil comenzaron su tarea de dar continuidad al proceso del pedido de Reconocimiento Canónico agradeciendo el trabajo ejecutado con tanta competencia por el CE-OMCC de Alemania que no economizó esfuerzos y recursos – tanto personales (tiempo) cuanto materiales (dinero) – para alcanzar un objetivo por mucho tiempo deseado por todos los cursillistas del mundo: que el MCC fuera reconocido canónicamente y, por tanto, de manera oficial, no solo respecto de su existencia, como también respecto a su disposición de caminar con la Iglesia.

Como ya se mencionó, siguiendo orientaciones del Consejo Pontificio para los Laicos (CPL) se hizo, en Alemania del 24 al 26 de abril de 2003, una revisión completa del proyecto de Estatuto del OMCC. En esa ocasión, la iniciativa de dar continuidad al proceso de aprobación del Estatuto del OMCC fue elogiada e incentivada por Mons. Rilko, quien destacó dos aspectos fundamentales del Estatuto:

a) Lo del reconocimiento oficial por parte de la Iglesia del propio Movimiento de Cursillos, aunque el Estatuto objeto de aprobación no era el del MCC, sino el del Organismo que lo coordinaba;

b) Lo de la comunión eclesial de la cual el Papa había hablado insistentemente a los Movimientos eclesiales.

El CE-OMCC convocó su Primera Reunión Ordinaria a realizarse en Barranquilla, Colombia, en la que se debería discutir el estado del proceso en manos del CPL. A esta reunión asistieron el GLCC, el GET, el GAP y algunos invitados del OMCC. Una excusa del Grupo Norte América y Caribe (GNAC) fue enviada al OMCC explicando la imposibilidad de su participación. En esa ocasión se hicieron algunas sugerencias más, que el OMCC debería presentar al CPL para que fuesen incorporadas al proyecto.

En su carta del 27 de marzo de 2003, el CPL incluyó una serie de nuevas observaciones acerca de puntos que se deberían modificar o introducir en el proyecto, lo que fue inmediatamente atendido. En seguida surgieron nuevos puntos, incluyendo el hacer revisar el Estatuto por un canonista o jurista italiano, a fin de adecuar la forma jurídica y el lenguaje a las exigencias del idioma italiano, idioma ese oficial y original del proyecto. Aceptando sugerencia del Secretariado Nacional del MCC de Italia, se envió al canonista Prof. Mario Collabianchi, de la Diócesis de Fermo, todo el material relativo al proyecto.

El proyecto así revisado fue entregado al P. Miguel Galindo, en el CPL, el día 17 de noviembre de 2003. En correspondencia posterior, nuevas sugerencias fueron enviadas al OMCC por el CPL, las que fueron debidamente

incorporadas al proyecto. El 9 de enero de 2004, en una larga audiencia, el P. Beraldo, Asesor Eclesiástico del CE-OMCC y el P. Miguel Galindo trabajaron durante dos horas y media en el examen del texto entregado, faltando solamente pormenores de ordenamiento de números y revisión de algunos términos italianos. Tal revisión fue hecha en Brasil por un sacerdote italiano y el proyecto fue reenviado a Roma, en su forma final. Pero una vez más, el 1 de marzo de

2004, el texto recibió una serie de observaciones (inclusive la de suprimir las sugerencias de la Reunión de Barranquilla). Nuevamente enviado a Roma, el día 7 de abril, el texto fue objeto de un nuevo e-mail del P. Miguel Galindo, listando algunas mínimas inexactitudes solamente en cuanto a ortografía. Finalmente, el día 12 de abril de 2004, el texto final del proyecto del Estatuto del OMCC fue enviado por el presidente del CE-OMCC, Francisco Alberto Coutinho, al Presidente del CPL, Mons. Stanislaw Rilko. Y, gracias a Dios y a las oraciones, sacrificios y dedicación de muchos, en la mañana del día 23 de abril de 2004, por medio de una carta, el presidente del CPL comunicaba al Presidente del CE-OMCC la aprobación del Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad “como estructura de ordenación, promoción y difusión de la experiencia de “Cursillos de Cristiandad”, teniendo personalidad jurídica privada, aprobando, al mismo tiempo el Estatuto”. Al mismo tiempo, de común acuerdo con el CE-OMCC, Mons. Rilko establecía la fecha de 11 de junio de 2004 para la firma del Reconocimiento Canónico del MCC y aprobación del Estatuto del OMCC, a ser efectiva en Roma, a las 11 horas de la mañana.