Gracias a los Cursillos de Cristiandad aprendí a ver la vida con otros ojos.

Mi nombre es María Bernardina Pascual de Taveras, pero todos me conocen como “Doña Buby”, pertenezco a la Parroquia Ntra. Sra. De la Esperanza, del Municipio de Esperanza, de la Diócesis de Mao-Montecristi. El pasado 15 de diciembre cumplí 100 años de edad y para la gloria de Dios, de estos cien años de vida, tengo 56 viviendo DE COLORES. Mi cursillo fue el no. 66, celebrado del 21 al 24 de enero del año 1968 en la Herradura, Santiago.

TESTIMONIO DE CUARTO DIA

A pesar de haber tenido una vida organizada antes de hacer mi cursillo, pues siempre trataba de presentar un rostro alegre y una sonrisa a todo ser viviente; en mi ambiente laboral y social, como maestra por más de 20 años y directora de un centro educativo por 15 años; no conocía a Cristo. Trabajaba para los demás, pero después de mi cursillo, Cristo me dio una vida nueva, su amor me transformó. Me enamoré completamente del MCC, porque es un movimiento Cristocéntrico. Gracias a los Cursillos de Cristiandad aprendí a ver la vida con otros ojos, aprendí a vivir cada día, pero con los ojos de Cristo y a saber enfrentar cada obstáculo con su Gracia, pues lo más maravilloso del mundo es el amor y la felicidad más grande, darlo a los demás, porque amar a Cristo es amar a los hermanos.

ACCIÓN Y VIDA APÓSTOLICA

Con la Gracia de Dios en mi vida, a los seis meses de haber hecho mi cursillo ingresé a la Escuela de Dirigentes de Santiago de los Caballeros. Viajaba semanal desde Esperanza a Santiago, puesto que, en mi Diócesis, aun no existía la Escuela. En ese mismo año me preparé y me lancé como rollista, siendo mi primer rollo Acción Apostólica, con el cual siempre me identifiqué y más tarde, con Estudio del Ambiente. Poco a poco seguí integrándome y estudiando, para contribuir en la creación de la Escuela de Dirigentes y el Secretariado de mi Diócesis Mao-Montecristi. Participé por muchos años en los primeros cursillos de damas realizados en la Diócesis: Montecristi, Boca de Mao, Dajabón, Cacique, Monción y hasta en EEUU.

Siendo fiel con lo que me dijo el sacerdote, Director Espiritual de mi cursillo: “Buby, Cristo Cuenta Contigo” y yo le contesté: “y yo con su Gracia”. He llevado estas palabras desde lo más profundo de mi corazón, como un fiel compromiso. Tanto así, que les cuento mis queridos hermanos: la boda de mi primer hijo coincidió con un cursillo en el cual me tocaba servir, en Montecristi; entre esta gran encrucijada, me fui al Santísimo y llorando a sus pies, le pregunté al Señor. ¿Qué hago? Y en ese mismo momento recibí mi respuesta. Sintiéndome en el aire, salí y me fui a servirle. Les puedo decir que nunca me he arrepentido de haber tomado esta decisión, hoy soy feliz y Él nunca me ha abandonado.

Hermanos: para poder perseverar en este camino, el MCC nos ofrece medios de perseverancia, recuerden el trípode. La oración diaria (no pierdo una Eucaristía dominical, aún con mis 100 años participo y de la adoración al Santísimo), siempre me he mantenido estudiando mediante la lectura y la meditación de la palabra de Dios. Siempre en acción, visitando a los enfermos, fui iniciadora de la legión de María en mi municipio, ministro extraordinario de la Eucaristía, catequista de cursillos pre matrimoniales, lectora, entre otros servicios.

Siempre traté de evangelizar mis ambientes como maestra, ex vice alcaldesa y ex regidora de mi municipio, llevé a muchas personas a los cursillos e hice una labor social a favor de los más necesitados, fui precursora de la Cruz Roja, Defensa Civil, Bomberos y la Academia de Música de mi pueblo de Esperanza.

Por último: “Cursillista que no asiste a las ultreyas y reuniones de grupo, es como un barco sin rumbo, al que se le ha roto el timón”. ¡Yo nunca me las pierdo y por siempre seguiré asistiendo, hasta que Dios me lleve a la eternidad junto a Él en el quinto día!

Para ese día, jubilosa poder decir: ¡Cristo y yo Mayoría Aplastante!
Dios les bendiga. ¡De Colores siempre! Su hermana en Cristo;
¡Buby!

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