“El Movimiento de Cursillos de Cristiandad se inicia en la década de 1940 en la isla de Mallorca (España), tomando forma en la preparación espiritual para una peregrinación a la tumba del apóstol Santiago organizada por los jóvenes de Acción Católica durante el año Santo Compostelano de 1948. El Primer Cursillo de Cristiandad se realiza en enero de 1949, en el Monasterio de San Honorato de Randa (Mallorca)” . Este texto es el comienzo del Decreto de Reconocimiento Canónico del Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad, emitido por el Dicasterio para los Laicos de la Santa Sede en 2004. Un documento fundamental para el Movimento, ya que supone su reconocimiento formal como movimiento eclesial plenamente integrado, participe y activo en la Iglesia Universal. Es, en cierta forma, el paso definitivo en el necesario discernimiento que la jerarquía tiene que hacer del carisma del MCC .
Es significativo que en ese Decreto de Reconocimiento se haga mención al primer Cursillo. Porque ciertamente, fue un momento muy relevante en la génesis del Movimiento. Supuso un hito en un largo proceso de estudio, de reflexión y de experimentación, partiendo de los anteriores cursillos de Adelantados y de Jefes de Peregrinos, en la búsqueda una nueva forma de posibilitar que todos, incluyendo los que “vivían al margen de la religión” , experimentaran en toda su intensidad el contenido esencial del cristianismo: el amor de Dios que quiere llegar a todos. Y ese primer Cursillo propiamente dicho, el celebrado del 7 al 10 de enero de 1949en San Honorato, Mallorca, distinto y diferente de lo anterior, con un nuevo enfoque,finalidad y sentido , impulsó la configuración definitiva del Movimiento, con sus elementos distintivos y característicos: su finalidad, su método de evangelización en tres tiempos y el mínimo de organización y estructura necesario .
Por eso, podríamos decir que celebramos un acontecimiento histórico para nuestro Movimiento: el setenta y cinco aniversario de aquel primer Cursillo de Cristiandad. Y esto es importante: son muchos años ya de camino, pero sobre todo son muchas personas, muchos encuentros, muchas historias de vida y mucha vida en esta historia… Por eso, es motivo, antes que nada, de dar gracias a Dios por ello. Por aquel primer Cursillo y por todos los que lo hicieron posible. Por todo lo que vino después, por el Movimiento que desde ahí se fue concretando. Por aquellos que reconocemos como los iniciadores de nuestro Movimiento, por Eduardo, por Sebastián, por el obispo Hervás… y por tantos otros que también estuvieron allí, poniendo su vida en el empeño, dejándose llevar por el Espíritu para seguir construyendo, en el MCC, esa historia de salvación que nos llega hasta el hoy.
Pero este aniversario es también ocasión para reflexionar, para discernir, para seguir aprendiendo y seguir profundizando en la mentalidad y en la identidad de nuestro Movimiento…
Y la primera reflexión es muy simple: “Es necesario conocer la propia historia…” Esta expresión es del primer número de Ideas Fundamentales 3Ed . Pues precisamente, este aniversario es una gran ocasión para, al menos, tomar conciencia de la importancia de conocer nuestra historia… Tenemos hoy muchas posibilidades, muchos recursos bibliográficos para acercarnos a la historia del Movimiento, desde sus antecedentes en la peregrinación a Santiago de Compostela, al primer Cursillo, a la creación de las estructuras fundamentales del Movimiento, a su expansión, a sus vicisitudes eclesiales y sociales… Y es necesario aproximarse a toda la historia, desde todos los enfoques… Con seriedad, con espíritu crítico, contrastando evidencias y conjuntando datos: para tener una comprensión lúcida no solo de los “qué”, sino de también de los “porqués”.
Porque, y esta sería la segunda reflexión, no se trata solo de conocer (fechas, acontecimientos, personas), sino de APRENDER de la historia… Sigue IF3Ed: “conocer para reconocer la propia identidad, actualizarla y mantenerla… Es también una forma de crecer en unidad y responder a la exigencia de renovación que el Espíritu inspira, en función de las necesidades de los hombres y mujeres de hoy” . Se trata de ser capaces de aprender de la historia elementos claves para vivir hoy nuestra identidad, de mantener esa fidelidad creativa que permita acoger la inspiración original y hacerla vida en las circunstancias actuales. Si nos fijamos en el primer Cursillo, aprender no solo la fecha, el sitio y los nombres: aprender el ardor evangelizador, el conocimiento de la realidad, la insatisfacción pastoral, el trabajo conjunto, el entusiasmo… Y esto no siempre es fácil: exige discernimiento, exige saber ir a lo esencial y no quedarse en lo accesorio, exige ir al fondo antes que a las formas. O sea, la historia reclama estudio, reflexión, discernimiento y oración.
Otra importante consideración en este aniversario: no se puede identificar el Cursillo (solo) con el Movimiento y no se puede señalar la celebración del primer Cursillo (solo) como el inicio del Movimiento. Es una obviedad, pero recordemos que el Cursillo es una parte del método evangelizador del MCC. Y evidentemente que el primer Cursillo supuso un momento clave, pero antes que el Cursillo existía ya un grupo de personas que se preparaba, que trabajaban, pensaban y oraban juntas: una Escuela de dirigentes. Y era un grupo de personas que compartían una forma de ver la realidad, un deseo de llegar a los demás, una inquietud por encontrar una forma nueva de evangelizar, un convencimiento sobre el valor de la amistad, el testimonio de vida y la oración… Compartían una MENTALIDAD, que no era del todo suya, sino que había sido inspirada por el Espíritu: el CARISMA, el verdadero origen del MCC.
Por último: ¡eran JÓVENES! Todo ese grupo que se movía en torno al primer Cursillo, los dirigentes, los cursillistas… eran jóvenes. Bonnín, Ruirtot, Rullán, Estarellas, Capó, Payeras, Gayá, todos estaban entre los veintipocos y los treintaitantos… hasta el obispo Hervás era el más joven de España. Precisamente ahora que el tema de los jóvenes en la Iglesia es de tanta actualidad, precisamente ahora que la cuestión de los jóvenes es una de las mayores inquietudes de nuestro Movimiento, es bueno recordad (y aprender) que esto empezó como “cosa de jóvenes”…
El Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium, nos recuerda: “La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir” . Es momento de pedir esa gracia para todo nuestro Movimiento, para toda la familia cursillista del mundo. Y que la memoria agradecida por estos 75 años nos lleve a vivir el presente de nuestro Movimiento con pasión y a abrirnos al futuro con esperanza.