Conoce el Carisma del MCC
Carisma
Al Movimiento de Cursillo de Cristiandad la Iglesia le ha reconocido formalmente un carisma propio y original, que lo caracteriza, identifica y distingue de los otros movimientos, asociaciones y comunidades de la Iglesia. En ese carisma esta contenido, de forma implícita, todo lo esencial del Movimiento.
Como todo carisma, es un don del Espíritu a personas concretas para el bien de la Iglesia, de los hombres, del mundo. Inicialmente se hizo realidad en el grupo de iniciadores del Movimiento (Eduardo Bonnín, Sebastián Gayá, Juan Capó y el obispo Juan Hervás) y posteriormente en cuantos, a lo largo del tiempo han ido viviendo e integrándose en el Movimiento. También como todo carisma en la Iglesia, ha sido discernido y reconocido por los pastores: en un principio, el propio obispo Hervás, posteriormente por todos los Obispos diocesanos que aceptaron el MCC en sus diócesis, y finalmente por los Papas Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Se podría decir que el carisma de Cursillos es un don que el Espíritu Santo derrama en su Iglesia, que conforma una mentalidad e impulsa un movimiento eclesial que, mediante un método kerigmatico propio, posibilita la vivencia personal de lo fundamental cristiano y propicia la creación de grupos de cristianos que fermenten de evangelio los ambientes. Es por tanto un carisma para la evangelización, para el encuentro con Cristo, para la renovación de la vida cristiana y para la transformación de la realidad.
De este intento de definición pueden destacarse los siguientes aspectos:
- El carisma conforma una mentalidad, que es la que inspiró el nacimiento del MCC, la que acompaña su natural y permanente crecimiento y la que configura su identidad.
- El carisma origina e impulsa un movimiento eclesial: de la Iglesia y en la Iglesia para el mundo, para actuar en el campo de la evangelización con una mentalidad, una finalidad y un método propio y específico.
- El carisma determina la finalidad del MCC: posibilitar la conversión de las personas y la transformación de los ambientes. Busca y promueve la vivencia de lo fundamental cristiano, a partir del encuentro con Cristo (y con uno mismo, y con los demás), para impulsar la creación de grupos cristianos desde los que ir actuando, a modo de fermento, en los ambientes.
- El carisma también conforma las líneas esenciales del método propio del MCC: es un método kerygmático, basado en la proclamación jubilosa de lo fundamental cristiano hecha por testigos y por la vía de la amistad, que se desarrolla en tres tiempos (precursillo, cursillo y poscursillo).
Por tanto, aunque sea difícil la definición precisa y exacta del carisma del MCC, está claro que en son elementos esenciales del mismo el kerygma, el triple encuentro con Cristo, con uno mismo y con los demás, la conversión, el testimonio de vida, la amistad, la persona, los grupos cristianos y la fermentación de los ambientes. El libro “Ideas Fundamentales del Movimiento de Cursillos de Cristiandad”, en su tercera edición (IFMCC3) expresa legítimamente la autocomprensión del carisma original del MCC y lo explicita en el capítulo que específicamente se le dedica.